Te quiero.
Pero no pienses en cuerdas, en noches sin dormir pegado a un teléfono esperando que te acuerdes de mi a la quinta copa y me escribas cariñosa en mitad del garito en el que estés con tus amigas, rodeada de oportunidades que dejarás pasar.
No pienses en dramas, en llantos vacíos, en discusiones subiendo de tono para autoconvencerte de que eso te dará la razón.
Te quiero.
Pero eso no te da derecho a todo.