Perder. Seis letras que descarnan, desolan y humillan. Seis letras que deberían no importar y que sin embargo nos condicionan más que las seis letras de MUERTE.
Yo he tenido que perderme muchas veces antes de encontrarme. Y ha sido doloroso, he pasado frío y he pasado hambre. Hambre de abrazos, de sonrisas, de "todo saldrá bien"... y al final, cuando creía que me ahogaría bajo la lluvia, cuando no era capaz de ver nada en mitad de la noche oscura, entonces y solo entonces, ha salido el sol, orgulloso.
Y el sol te cura. Cicatriza la carne, seca tus penas y le pone un toque de color a todo ese pasado que de repente un día se volvió gris.
Y vuelves a temer perder, pero una vez que bajas al infierno comprendes que para encontrarse hay que perderse, que para ser feliz hay que ser un poco triste y que para ser buena persona (y no una gilipollas más) hay que ser muy hija de puta con quien venga con la intención de cortarte las venas.
No seas de las personas que pierden, sé de las que mejoran, de las que aprenden, las que comprenden. Y quiere mucho, no tengas miedo, no te pongas límites que para eso ya está el cielo.
Ojalá perdiésemos algo todos los días, eso significaría que en algún momento logramos tener lo que queríamos; lo dificil es saber eso, que lo tienes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario