Yo no lo quería todo... solo le quería a él. Y ya es mala suerte que me haya dejado el corazón y la ilusión a 400km de mi casa. Junto con ese pañuelo negro de entretiempo.
Llevo pidiéndome perdón una semana entera, por haber dejado de reír, por haber dejado de comer, por haber dejado de soñar... Y estaré pidiéndome perdón mucho tiempo más porque me he dado cuenta que aquí en la oscuridad las cosas no me duelen tanto porque no las veo.
El móvil apagado, el internet desconectado, los libros apilados al lado de la lámpara fundida.Y yo tumbada en la cama, rasgando esa piel que ya ni sangra. Relajada. Pensando..
No espero que esto pase pronto, pero conocer mi umbral del dolor en profundiad me está sirviendo de mucho. Se que peor no puedo estar, porque las cosas andan mal mire en la dirección que mire; pero se que cuando salga de ésta seré casi invencible, porque ya me quedan pocas cosas por doler.
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