9 de abril de 2013

A veces tengo que sentarme en una silla y cerrar los ojos porque el mundo a mi alrededor da vueltas. Porque la vida no para y sin embargo siento la necesidad de hacer un stop, de pararme a mirar todo lo que he pasado y todo lo he dejado atrás. Tengo que asimilar los cambios del último año. Mi enfermedad. Mi soledad y mi decepción con la humanidad. Y tengo que hacerlo, porque hay veces que no comprendo porque estoy dónde estoy y cómo estoy. No me siento yo. Algo me falta.
Necesito entender que he tenido que perder para ganar. Que he tenido que renunciar a ciertas cosas para ganar otras. Renuncié a lo que era para poder tener un seré, para seguir viviendo. Y me ha compensado, claro, pero voy más despacio de lo que me había imaginado.


No hay comentarios:

Publicar un comentario