Todavía se cuelan tus vocales entre las sábanas,
tus manos entre mi ropa,
tu aliento en mi taza de café...
27 de enero de 2014
21 de enero de 2014
¿Dónde está la inspiración?
Antes cualquier hora del día era perfecta para perderme entre letras, acentos, puntos y comas; para entregarme al placer del sufrimiento, al ardor de las venas hinchadas de recuerdos, al hormigueo de unos dedos que despiertan al contacto de un bolígrafo cargado de tinta imborrable. Nada conseguía detener el torrente de emociones que querían desfilar por mi garganta, lanzándose al abismo y deseosas de morir en el papel.
Ahora, como presa de la vergüenza, me agoto frente a la pantalla sin conseguir escribir nada, me estrujo la sesera, me toco las llagas, me rasco las heridas pero no ocurre nada. Solo hay vacío. Y creed si os digo que eso es peor que morir cien veces de amor. La nada lo envuelve todo y es espantosa la niebla que se cuela por la ventana, el frío que se cala hasta los huesos, la sensación de echar de menos ese brotar de palabras y lágrimas... ¿Dónde está mi inspiración? ¡Devolvédmela insensatos! ¿No veis que me ahogo buscando dolor?, ¿no veis que me aferro a cuchillos para que algo me rasgue la piel y me haga sentir un poco viva?
¡¡Devolvédmela!! Que yo sin escribir no se vivir. Que me muero, de verdad, que me arrugo, me frustro, me enveneno, me desespero, me pierdo...
No se cuanto tiempo llevo sin abrir tu puerta, pero lo cierto es que voy a buscar la llave.
Te necesito. Como los adictos necesitan la heroína, los fumadores el tabaco, y los suicidas la muerte.
Te busco. Como el corredor de bolsa al tonto, el mosquito la luz y los suicidas.... la muerte.
Ahora, como presa de la vergüenza, me agoto frente a la pantalla sin conseguir escribir nada, me estrujo la sesera, me toco las llagas, me rasco las heridas pero no ocurre nada. Solo hay vacío. Y creed si os digo que eso es peor que morir cien veces de amor. La nada lo envuelve todo y es espantosa la niebla que se cuela por la ventana, el frío que se cala hasta los huesos, la sensación de echar de menos ese brotar de palabras y lágrimas... ¿Dónde está mi inspiración? ¡Devolvédmela insensatos! ¿No veis que me ahogo buscando dolor?, ¿no veis que me aferro a cuchillos para que algo me rasgue la piel y me haga sentir un poco viva?
¡¡Devolvédmela!! Que yo sin escribir no se vivir. Que me muero, de verdad, que me arrugo, me frustro, me enveneno, me desespero, me pierdo...
No se cuanto tiempo llevo sin abrir tu puerta, pero lo cierto es que voy a buscar la llave.
Te necesito. Como los adictos necesitan la heroína, los fumadores el tabaco, y los suicidas la muerte.
Te busco. Como el corredor de bolsa al tonto, el mosquito la luz y los suicidas.... la muerte.
5 de enero de 2014
La vida es cambiar de abrigos.
Se nota que es Domingo y que a nuestro alrededor se ha instalado el frío porque tintinean en mis ojos lágrimas de hielo. O de miedo. O de odio.
Que me carcome el alma la angustia de verme atrapada en esta ciudad en la que ya no me reflejo en nada, donde los parques no me parecen bonitos y las caras no me son familiares. Que caro está el gramo de felicidad, y qué fácil hacerse con unos porros de desencuentro. ¿Dónde estamos? No nos veo. No me encuentro...
Hay calles, portales y esquinas que consiguen quitarme el aliento, pero como si un duende me hubiera robado el pasado miro hacia delante y continuo andando, borrando las huellas que aún pudieran quedar de mi anterior perfume.
Nada es igual. Ni siquiera el sentimiento de echarnos de menos.
Que me carcome el alma la angustia de verme atrapada en esta ciudad en la que ya no me reflejo en nada, donde los parques no me parecen bonitos y las caras no me son familiares. Que caro está el gramo de felicidad, y qué fácil hacerse con unos porros de desencuentro. ¿Dónde estamos? No nos veo. No me encuentro...
Hay calles, portales y esquinas que consiguen quitarme el aliento, pero como si un duende me hubiera robado el pasado miro hacia delante y continuo andando, borrando las huellas que aún pudieran quedar de mi anterior perfume.
Nada es igual. Ni siquiera el sentimiento de echarnos de menos.
4 de enero de 2014
Le dijo que llamara ella, que él tenía cosas que hacer y se iba a olvidar... Entonces, una losa de la más fría piedra se precipitó hasta el suelo de su pecho, llenandolo de polvo, vacío y deccepción. ¿Cómo es posible que fuese a olvidarse de querer escuchar su voz o su risa?Una hilera de lágrimas buscaban el camino hasta sus ojos, pero se mantuvo fuerte y miró hacia otro lado.
Antes él la llamaba cada cinco minutos, y si se encontraba mal con más razón. La escribía cosas bonitas, la dedicaba canciones y la echaba de menos.... Esto es lo que pasa con los principios, que siempre dejan en mal lugar a los finales.
Antes él la llamaba cada cinco minutos, y si se encontraba mal con más razón. La escribía cosas bonitas, la dedicaba canciones y la echaba de menos.... Esto es lo que pasa con los principios, que siempre dejan en mal lugar a los finales.
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