30 de diciembre de 2012

Día 1.

No estábamos juntas a todas horas, y no nos veíamos todos los días, pero sabía que estabas a diez minutos de mi puerta. Ahora, que nos separa un océano, todo un cielo, muchos kilómetros... me siento vacía. Como si me hubieran arrancado un pedacito de vida. De repente tengo miedo de olvidar tu risa, la forma que tenías de animarme, nuestra química... pero en en seguida se me pasa. ¡Somos nosotras! Y no nos van a separar ni aunque te vayas a diez mil planetas de mi.

Rota '11



29 de diciembre de 2012

Segundo Diciembre sin ti.

Quisiera desprenderme de todas las mañanas de ibuprofeno que te dediqué, de todas las noches que no dormí por andar pensando en ti, de todas las copas que me bebí de más para no echarte de menos. Quisiera  recuperar el mar de lágrimas que te lloré y desprenderme del mal recuerdo que dejaste en mi boca, en mi pecho y en mi alma.
Creo que por fín se terminó el escribirte. He cerrado nuestra puerta. Nos he superado... Yo hace 11 meses me prometí no volver a pasar un Diciembre sin ti, pero hay promesas hechas para romperse; y esta es una de ellas. Segundo Diciembre sin ti. Y los que quedan.Y no duele. Solo pica. Y ni lo noto. Atrás queda el dolor, la rabia, ese descorazonamiento tan romántico... Atrás quedas tú, mi amor no correspondido. Aquí te quedas. Encerrado en todas las líneas que escribí pensando en ti.




19 de diciembre de 2012

Ahora todo el mundo tiene ganas 'de ti'. Con lo irrepetible que sonaba cuando se escapaba de tus labios...




Destrozada pero guapa.

Nunca volvería a suplicarte que subiéramos a la cima más alta para abrazarnos y besarnos dejando el mundo a nuestros pies porque volveríamos a caernos, y ya ves lo que ha pasado, que no hemos sobrevivido a tantos metros de caída libre. La próxima vez, tal vez en otra vida, me conformaré con subirme en tu coche y vivir a base de acelerones.
Nunca volvería a pedirte que me llevaras al fin del mundo... ¿para qué? si seguro que a mitad de camino nos quedaríamos sin gasolina y tú te enfadarías y me dirías que nunca más encucharías ninguno de mis caprichos. Entonces yo echaría a andar y te diría que para llegar a alguna parte hay que andar bastante. Y me dejarías andando sola y yo nunca encontraría el fin del mundo, pero si en fin del mio.


Nunca volvería a amarte, nunca volvería a darte la oportunidad de destruirme, de reirte de mi... no. Es demasiado tarde y no preguntes que le pasó a esta piedra que me cuelga en el pecho porque tu bien sabes que un corazón no se endurece porque sí. 
Nunca volvería a engancharme a ti, que como droga eres de las más duras y me está costando sudor y lágrimas pasar todo un día sin un tirito de nuestra historia. Que me falta mesa para hacerme rayas con sabor a ti. Duelen los tiritones de las noches en las que no te puedo probar ni salir a buscar. Noches en las que solo un chute podría hacer que durmiera por fin. 


Nunca más intentaré volar hasta esos tres metros sobre el cielo de los que habla ese libro.Una vez volé muy alto, abrazada a ti, porque tú eras mi otra mitad, tu me prestaste tu ala para poder volar. Y me caí. Y abajo no hubo nadie que se acordara de mi.
Nunca volveré a creer en los cuentos de hadas, ni en las películas de damas y caballeros, pues la vida real me ha enseñado que de capullos está hecho el mundo y que las princesas hace tiempo que se extinguieron. Decidiste acabar nuestro cuento, cogiste la pluma y no te tembló el pulso... 



Y mira que yo ahora me alegro de haber aprendido a estar sola, de caminar sin bastón y de acostarme a un lado de una cama vacía y fría.


18 de diciembre de 2012

Introspección

Hablas del desamor con una intensidad... Que por un momento creo posible la imágen de tu corazón saltando por los aires, esparciéndose en forma de virutas por todo tu pecho. Luego me imagino tu mano temblorosa intentando recoger los pedazos, tu mano gotea sangre y tus ojos lloran pero paras. Juntas los trozos y queda algo deshecho, abstracto. Se que es increíble pero me imagino a tu corazón agonizando, suplicando una muerte digna, suplicando que deje de dolerle la poca vida que aún respira... Y entonces te miro. Y de la manga te sacas una sonrisa que me hiela la sangre, porque soy consciente de que tu interior es oscuro... Ahora entiendo porque cuando te miro a los ojos no te encuentro... Porque estás muy lejos... Sopesando la idea de cortarle al corazón las venas, de ahogarle con la almohada. Dices que tu corazón no te sirve para nada, que late solo porque tu respiras y respiras porque no tienes ni fuerzas para soportar no hacerlo. Tu mirada habla con tanta intensidad del desamor... Que ahora puedo jurar que una persona se puede morir de amor. Se puede condenar.

Se supone que el amor es precioso, pero lo cierto es que es el arma más atroz que existe. El amor duele. El dolor da vida. Pero el vacío cuando EL te falta no es comparable a ningún dolor, es una nada tan terroríficamente nítida... Que a veces creo ver en tus ojos que no quieres la vida Laura. Que lo único que quieres es seguir sintiendo esa nada, esa sin pena; esa sin gloria. Ese desamor.

12 de diciembre de 2012

Era como una droga para él, excitante y dulce, y, como tal, su ausencia lo dejaba vacío y anhelante.


Tentadora y exquisita,
siempre inalcanzable.

11 de diciembre de 2012

A ver como te explico que me quiero enamorar de otro... A ver como le digo a mi alma que lo nuestro se acabó, que el tiempo está barriendo hasta la última mota del polvo que dejó tu nombre. A ver como me explico que el miedo quiere quedarse atrás, a ver como me explico que no es malo volver a empezar...

10 de diciembre de 2012

Ama. Perdona. Cicatriza. Olvida.

La primera vez que te rompen el corazón piensas que es la más dolorosa de todas... Pero no es así. Las que vienen detrás son más duras porque siempre nos solemos decir ese 'nunca más' y sin saber cómo ni por qué te encuentras otra vez con el corazón en un puño, sangrante, asustado como un niño al que bañan por primera vez. Y te pide tregua, te dice que ya está bien, que no puede soportar una puñalada más... Es entonces cuando se te ocurre volverlo piedra, sin saber que cuando una piedra se rompe lo hace en mil pedazos. Una puñalada cicatriza y puedes seguir viviendo, es una marca que está ahí pero no duele. Y una piedra... Bueno, una piedra está muerta incluso antes de romperse.

El blanco de los vestidos de novia.

Casi puedo afirmar que ver vestidos de novia nos vuelve vulnerables. Esos corpiños brillantes, esas faldas de fantasía, esas colas interminables... Y ese color blanco que parece querer gritarle al mundo que la inocencia existe al menos un día en la vida de toda mujer.  Ja... Inocencia... La inocencia se pierde dos veces en la vida; la primera vez te rompen el himen y la segunda te rompen el corazón... Y esta perdida es la más dolorosa puesto que tarda años en dejar de doler y encima nunca se olvida.
Supongo y espero que al ponerte un traje de novia algo en el Universo se active e impida que el pasado sea el protagonista. Espero que en mi cabeza solo aparezca la persona que va esperarme en altar, y en casa, para el resto de mis días, y no aquellos capullos que llevaron a mi corazón a un callejón oscuro para darle una paliza.

9 de diciembre de 2012

Escribiendole al desamor.

Si hay algo que une a las personas es el dolor. Es la perdida. La sensación de que quien llora te entiende. Y no es verdad. Nunca se crearán dos sentimientos iguales, nadie llorará como tu aunque las lágrimas parezcan gemelas. Dicen que el dolor de un corazón mutilado es idéntico en todas las personas los primeros cinco minutos, como los recién nacidos, pero con el paso de las semanas ese dolor va haciendose único y te separa de la gente... Porque sientes que nadie te entiende, porque te duele cada uno de los pedazos en los que estalló tu 'para siempre' y no eres capaz de describir el escozor que notas en el alma, el vacío que te llena el pecho cuando el eco te devuelve el cruel adiós que tus oídos intentaron no escuchar.
A todos nos han roto el corazón alguna vez... El truco es perdonar, cicatrizar y dejar que un nuevo amor retire las vendas. No te quedes lamentándote, porque así solo pasará una cosa: el tiempo; y tu corazón puede volver a sanar, pero el reloj no corre hacia atrás.

4 de diciembre de 2012

''Super-enamorada'' es la palabra.










Y este no poder me mata.

Todavía hay días que me parecen interminables, todavía lloro pensando en él. TODAVÍA siento cosas cuando mentalmente se me escapa su nombre. Que todavía me quede tanto amor en el pecho me parece la crueldad más cruel que el destino pudiera prepararme. No escarmiento de verle feliz con otra de la mano, no soy capaz de sentir ni siquiera un poquito de odio. Joder, me gustaría extirparme el maldito corazón, las malditas entrañas, las ganas de tenerle en frente. Me gustaría sentir nada. Estar en paz. Dejar de acostarme con la sensación de vacío absoluto con la que me acuesto todas las noches...
Quisiera poder olvidarme de ti todos los putos días de mi vida.
Quisiera poder ser capaz de sentir por alguien más, por alguien que no seas tú.
Quisiera poder avanzar, dejarte atrás.
Quisiera poder pensar en la decepción tan absoluta que inundó mi vida cuando fuiste capaz de olvidarte tan rápido de todo lo que me pasaba.
Y... quisiera poder herirte, solo una décima parte de lo herida que me dejaste tú.


Cuenta la leyenda, que al menos una vez en la vida, cada uno de nosotros logra ser feliz. El problema es que esa felicidad no dura para siempre y que para apreciarla detrás deben venir tormentas.


2 de diciembre de 2012