Sobran balas y faltan besos de tornillo, de esos que parece que van a follarte el alma y luego se apagan en un susurro nervioso a la altura de tu oreja, pidiendo guerra en un colchón en paz.
Hacen falta más valientes que quieran quedarse cuando todos se van, esos que se quedan a mirar como lloras para luego decirte "lo fea que te pones cuando lloras" y lo jodidamente guapa que eres cuando te miro yo. Empalaga, pero hace que la semana no sea tan larga.
Que llevemos coraza no significa que nos guste, que lo hayamos elegido; solo quiere decir que llevará mas tiempo descubrir que se esconde dentro. Así que dime, cualquier día de estos, que tenemos todo el tiempo del mundo para conocernos, que cuando llegue la muerte yo sabré leerte en todos los idiomas inventados. Dime que sí. Y hagámoslo. Aunque me cueste la vida deshacerme de ese peso que llevas a la espalda... tú solo dejame intentarlo que de lograrlo ya me encargo yo.
Sobran principes a caballo y faltan hombres con ganas de pasear agarrados de la mano, con guantes, sin guantes... ¿qué mas da? Si lo importante es sentir que alguien te protege incluso antes de caer. Pero tú, tu... tu no cojas mi mano. No la cojas porque no quiero llevarte por el buen camino, ni por el camino corto. Contigo solo quiero hacer una cosa: PERDERME.
Y que nadie nos encuentre, ni siquiera para contarnos que los besos de tornillo ganaron a las balas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario