Cuando su recuerdo llame a la puerta: chupito de vodka. Y llegará el día en el que no te importe. Si suena el timbre estarás inmunizada y podrás reírte de todas las noches que pasaste agazapada, huyendo del ayer feliz que te hizo tanto daño.
Cuando su recuerdo llame a la puerta haz que no estás en casa. Observa por la mirilla pero ni siquiera pongas la mano en el pomo de la puerta. Observa, observa como se desespera, y trás un par de timbrazos se larga... Tu apretarás fuerte los dientes y le dejarás ir. Quizá las fuerzas flaqueen, quizá incluso abras la puerta... pero él ya no estará, y eso va a hacerte mucho bien.
Cuando su recuerdo llame a la puerta hazte la dormida. Duermete agarrada fuerte a un cojín, y cierra los ojos muy fuerte, para que no se escape ni una lágrima más, que no estámos ahora para derrochar. No le dediques ni un solo segundo de tu tiempo, porque va a ser tiempo perdido, y la vida es corta, demasiado.. y no debes permitirte el lujo de llorar por el ocaso del sol, porque si no.. ¿como cojones pretendes ver las estrellas?
Borrale.
No hagas que nunca existió... pero olvida todo lo bueno que te dió y concentrate en procurarte algo mejor todavía.
Hagámonos felices, y empecemos cambiando el tema del blog...
Adiós desamor.
Hola a todo lo que me queda por vivir.
Si estaba escrito así, ¿quién soy yo para esquivarlo?

Si el sol entra en una mano...
TU ENTRAS EN CUALQUIER MALETA DEL TRASTERO
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