Muchas veces las personas que nos rodean no se dan cuenta que hay momentos en los que necesitamos, estar solos. Desesperadamente.
Y llorar, por todas las cosas que no le contamos a nadie y que cavan y cavan en nuestro corazón, tocándo las fibras sensibles que se esconden debajo de todo caparazón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario