22 de octubre de 2012

Si deseas olvidar algo inmediatamente, escríbelo en una nota, como si fuera algo que tienes que recordar.

La gente me pregunta que por qué escribo tan triste... Y yo les respondo que así las cosas duelen menos. Escribir tus miedos, tu dolor y compartirlos con el resto del mundo hace que esa carga no sea tan pesada y cueste menos sonreír. Cuando las cosas no se cuentan no se pierde su esencia, se conservan intactas, pero hay momentos que no es bueno conservar. Por eso este rincón guarda tanto dolor, porque hablo de las cosas de las que me quiero desprender. E aquí mi vía de escape, mi arco iris después de la lluvia, mi terapia, mi trozo de madera del Titanic en medio del agua helada, mi trocito de cielo... Aquí soy yo misma, aquí no hay coraza, no hay vergüenza  solo libertad; la libertad de plasmar lo que me hace llorar o dudar. Lo que me hace temer y lo que me hace temblar. No se si la gente que pasa por aquí se sentirá identificada con alguna entrada, no se si sentirán la rabia que a veces quiero transmitir, o la soledad infinita que se siente al verse sola rodeada de mucha gente. El vacío que dejan las personas cuando se van sin avisar y sin echar la vista atrás. No se si alguien habrá vivido como yo las interminables tardes de domingo, con la música estallando en tus oídos, alta, muy alta, y sin embargo incapaz de silenciar a tu cabeza, a tus delirios.
Me paso por aquí siempre que él me escuece de repente, para aliviar un poco ese 'le echo tanto de menos que voy a quedarme en nada como no le eche de más'. Y no encuentro consuelo en las personas, ya que lo único que saben decir es que olvide. Como si fuera tan fácil como ponerse a dieta, o como cambiarse la camiseta.


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