Conozco perfectamente esa sensación de vacío en el estómago cuando al mirar alrededor no ves nada, no encuentras a nadie y tiemblas recordando esas promesas que te sonaron convincentes al salir de aquellos labios a los que creías conocer tan bien.
Supongo que por eso ahora me cuesta tanto confiar y darle la mano a alguien para que me ayude... no quiero que me vuelvan a dejar otra vez por el camino... y sin embargo, a pesar de todo, siempre queda ese quizá, ese tal vez.
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