''Siento que mi vida murió con tus besos, siento que te acabo de perder... siento que tu voz huye a mis oídos, siento ese miedo en mi piel.''
Se acerca el verano y se acerca su fecha. Es lamentable por mi parte, y una pena en general, que me acuerde del día de su muerte y no del día de su cumpleaños. Quizá es porque nunca lo he sabido, o sí. Ya no me acuerdo si nos juntábamos para celebrarlo, si le gustaban nuestros regalos, si había tarta, si soplaba las velas, si pediría deseos...
Cuantas cosas más no me habré dejado por el camino... Los cumpleaños de las titas... ni siquiera recuerdo si las llamaba cada año para felicitarlas.
No hay manera de grabar en la memoria los momentos buenos; es como si solo tuvieramos derecho a disfrutarlos mientras están sucediendo y luego tenemos que dejarlos marchar, pagando un precio elevado por vivirlos.
Sería justo si con los momentos malos pasara lo mismo, pero no. Estos se te clavan y te persiguen vayas donde vayas el tiempo que haga falta.
Así pasa luego... que las cosas que quieres olvidar son las que más recuerdas. Como su adiós. Que yo pensaba que conocería a mis hijos y solo me llegó a conocer a mí... y a medias. Solo espero que esté donde esté no me pierda de vista; aunque no le guste lo que vea.
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