15 de abril de 2012

A veces esperamos demasiado de las personas, o tal vez sea que nosotros hariamos demasiadas cosas por ellas... y llegan las desilusiones. Y es muy dificil luchar contra ese sentimiento, o estado de ánimo, como se le quiera llamar. Te aplasta como una losa, te aplasta y te quita las ganas de todo, las ganas de entregar, de arriesgar, de seguir. Las ganas de dar sin recibir. 
Una vez escuche una frase que me marcó bastante: ''Yo nunca espero nada de nadie, así nunca me decepciono''. Juré que me lo aplicaria las 24 horas del dia, pero es imposible, hay personas que son capaces de destruir todas tus murallas con solo dos segundos. 
Puede que me sienta estupida muchas veces, y que la desilusión me gane alguna que otra partida pero... Me siento tan bien cuando se me ilumina la cara al pensar en él, me gusta tanto esa sensación de darselo todo.... Solo espero que esto nunca se me apague, porque si le pierdo las ganas... ¿alguien me ayudará a encontrarlas?






Nos encanta pensar que tenemos alguien al lado en todo momento. Que nos piensa, que nos echa de menos, que sonríe cuando algo le recuerda alguna frase absurda que escuhasteis juntos... pero hay veces que no es así. Y cuando descubres eso, algo dentro te duele. Y no sabes decir que es, no sabes explicar como ha llegado ese nudo a tu estómago, porque lo sientes como algo súbito. Yo a eso lo llamo estamparte contra la realidad, justo en el momento que empezabas a creer en los cuentos.

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