Creí que el tiempo era siempre el que te decía, en quien podías confiar y en quien no debías.. aunque me mentía, porque nada es así, pude comprobarlo por mí mismo el día que te conocí. Y sí, aún siento ese miedo dentro, y tiemblo igual que temblé con nuestro primer beso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario