A ver ahora que Dios va a callar el llanto de esos padres que han tenido que decir adiós a sus hijos, que han visto como su tesoro se quedaba reducido a polvo. ¿Quién va a darles consuelo?... Nadie. Nadie puede darles una salida para ese dolor. Ya no les verán seguir creciendo. El día de su cumpleaños nadie va a estar para soplar las velas... sus vidas se han congelado y no hay ni un Dios que haya podido evitarlo.
Me gustaría saber que Dios va a consolar a un ser humano que acaba de perder a un hermano, al único bastón que nunca se rompe porque está hecho de sangre de su sangre. Quien va a decirles que deben seguir caminando y haciendo caso omiso del dolor que sientan en el pecho. No puedes pedirle a alguien que continúe cuando se han llevado la mitad de su cuerpo, sin previo aviso y sin pedir permiso.
No hay consuelo en una fé que es de papel.. que cuando se moja se rompe, se deshace, se emborrona, se pierde. Se agota.
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