21 de julio de 2011

-Yo te prometo un para siempre, ¿tú me lo prometes?

-Eso es demasiado tiempo, todo se puede torcer y podemos acabar odiándonos

-Bueno, aunque te odie, si me necesitas iré

-No lo creo... si me odias no me querrás ni ver

-Pues cierro los ojos

-No me querrás oir

-Pues no te dejaré hablar

-¿Entonces?

-Te abrazaré y te diré... ¿te acuerdas de aquella tarde que te prometí un para siempre?, lo decía en serio.





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