Consigues dejar todo atrás por unas horas, como si el mundo hubiera decidido volver a girar en el sentido que siempre lo ha hecho. Todo a tu alrededor son risas, juegos, amigos, sonrisas. Son momentos en los que nada falla, momentos en los que él no ocupa el total de mi mente; son horas en las que me libero de su recuerdo y no me duele el cuerpo de echarle de menos. Me lo paso bien. Vuelvo a pintarme esa sonrisa que tanto me gusta y disfruto el momento. Le dejo atrás. Le olvido por un momento. Se que cuando vuelvo a la realidad sigue doliendo, pero el paréntesis de este fin de semana no lo cambiaría por nada.
Quizá ahora me siento egoísta... pero si yo no pienso en mi nadie lo hará... al final mi madre tenía razón, el día de mañana estarás sola, me decía, y nadie mejor que tú misma para tirar hacía delante.
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