Día nublado que acompaña al ánimo. O quizá sea el ánimo quien acompaña al tiempo, no estoy muy segura. Porque me he levantado bien. Olía a playa, las sábanas estában húmedas y la fiebre durante la noche ha apartado de mis sueños todos esos fuegos artificiales que me han estado estallando estos días... pero según pasaban las horas, según llegaban las nubes, una sombra pequeñita ha ido creciendo dentro, cerquita del pecho. Y ahora se ha instalado, ha deshecho la maleta y ha ocupado la mayor parte del armario... Ha venido para quedarse... no me lo ha dicho pero me lo noto en mi mirada, que está ausente; en el estómago, que ha decidido cerrar por vacaciones; en mi sonrisa, que también se ha ido de puente... pero debajo de uno, escondida.
Se dice que no hay nadie más tonto que el que no quiere ver... Esta bien, debo de ser imbécil directamente, porque me estoy intentando negar a mi misma lo evidente. Como si diciendome no fuera a conseguir que las olas del mar rompieran hacia dentro y no en la orilla... Como si fuera verdad que puedo tapar el sol con un dedo... Y por un momento lo consigo, pero luego me doy cuenta que es muy grande, que podría esconderlo ni detrás de mi cuerpo. Y aquí he llegado a lo que, creo, es el kit de la cuestión... Esconder.
Esconder todo eso que duele y nadie sabe que existe. Esconder las llagas de la piel que claman justicia después de cada ducha.
Esonder las ganas de volver a tirarme al vacío, siguiendo una sola dirección, sabiendo que la caída es inminente y que no saldré ilesa. Esconder las arcadas que me entran cuando vuelvo la vista hacia atrás... Esconderme de todos aquellos que se quieran acercar, por miedo a causar algún mal a alguien que no lo merece. Y solo porque no llevan su nombre, no tienen sus ojos, no tienen su voz, ni sus manos, ni sus gestos...
¿Cuando será que deje de buscar peces en el Mar Muerto?, porque no puede seguir así mucho tiempo más... Me han dicho que llegará el día en el que me canse de esta mierda y decida, por fín, acelerar... pero estoy segura de que no es verdad... No te puedes cansar de algo que ansías con tanta fuerza. Antes me extirparia cada una de mis terminaciones nerviosas para dejar de sentir, que pasar de largo e ignorar todos estos remolinos que se esconden en mi mar.


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