28 de septiembre de 2011

A ti por ser tú




Hay personas que llegan a tu vida en el momento equivocado, cuando no te puedes dar a conocer al cien por cien, cuanto estás rota por dentro y tu realidad es tan irreal que ni siquiera prestas atención a tu alrededor. Sin embargo, si llegan será por algo, para tenderte una mano en mitad del camino y hacerte caminar en una sola dirección, la correcta, aunque yo me empeñe en seguir en mis trece y suelte esa mano para que no se canse. A veces me da miedo ser capaz de acabar con su paciencia, y que llegue el día en el que simplemente no esté. Y no voy a poder enfadarme porque la culpa la tendré yo. 

Hace tres semanas era un completo desconocido, y hoy, ya sabe más cosas de mi que muchas de aquellas personas que llevan en mi vida años.
Ojalá todos pudierais tener alguien como él en vuestras vidas, porque regala paz, tranquilidad, sonrisas... Aunque por dentro esté roto y se deshaga si se tocan ciertos temas.
Me encantaría que una tarde nos intercambiáramos los papeles, y fuera yo la que pudiera ayudarle a él. Me encantaría que sonriera de verdad, desde dentro, sin dolores, sin rencores... Parece mentira que yo pida este tipo de sonrisas, pero a él se le nota que merece ser feliz.

Deberíamos hacer con el pasado lo que él hace con nosotros... Pasar de él, dejarle a un lado, enterrar lo malo y rescatar de vez en cuando lo bueno. Seamos felices, que el tiempo no se hizo para llorar y que se forren los fabricantes de kleneex. 

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